Nunca supe los perjuicios que tendría el conocerte,
conocerte de cerca, muy de cerca,
tan cerca como para alejarme de mí mismo.
Y aunque mis prejuicios son más vicios que virtudes,
seguí a mis inquietudes de verte despertar,
y todo lo que eso conlleva fue perjudicial.
Y aún intuyendo que no te querría siempre,
siempre supe que no dejaría de quererte,
pues mi juicio, como sabes, no es conciso.
Y aunque esta locura incontrolada
de saber que no siempre sentiré lo que hoy siento,
y esto mismo me saque de quicio (PERjuicio).
He de decir que te juzgué en un principio (PREjuicio),
y aún sabiendo que está mal, acerté,
y todo lo que eso conlleva fue perjudicial.
j.